viernes, 21 de febrero de 2014

La muchacha (final)

    La madre, desesperada por la actitud de su hija, se fue rápidamente a la comisaría de policía, allí había un viejo amigo de la familia que podría ayudarla. Corría calle abajo con el corazón a punto de salir de su coraza, estaba mayor para esas carreras pero, se trataba de su hija, moriría por ella si fuera necesario.
    Exhausta y sin aliento consiguió llegar y entró rápidamente en busca de aquel amigo. Miró a su alrededor una y otra vez pero no conseguía verlo, ella, con sus ojos llenos de lágrimas se acercó al mostrador y preguntó por él, allí una amable señorita la dio la mala noticia, su viejo amigo se encontraba de vacaciones.
    Aquella madre se quedó sentada en un rincón sin saber que hacer, pero el destino no quería verla sufrir más y un apuesto policía se fijo en ella. Aquel hombre, y tras preguntar por ella, se acercó a la madre interesado por su problema, era el compañero del viejo amigo y había oído hablar de aquella familia muchas veces.
    La madre le contó lo sucedido y su preocupación sobre aquel hombre, entonces, el apuesto policía salió corriendo adentrándose en uno de los despachos, y al salir, mostró una foto a la madre, ella, se quedó blanca como leche, era él.
    Aquel hombre y sus compinches lo habían hecho en multitud de ocasiones, engañaban a las muchachas haciéndolas creer en un salvador atractivo, pero ninguna volvía del viaje romántico, eran llevadas a burdeles de la mala muerte.
    La madre, por orden del policía, llamó a su hija diciéndola lo mucho que lo sentía y que estaba de acuerdo con aquel hombre, solo la pedía verles antes del viaje. La muchacha, feliz de la vida, fue a casa de su madre con su gran amor, pero una vez dentro, todo cambio, varios agentes de policía arrestaron al hombre al que amaba.
    Una vez pasó todo, aquel apuesto policía se acercó a la muchacha, y con gran amabilidad, la explicó quien era realmente ese hombre que la había enamorado.
    Poco a poco y con el paso del tiempo las cicatrices de aquel amor fueron pasando y madre e hija estaban más unidas que nunca. Con respecto aquel apuesto policía paso a ser un buen amigo, aunque, por las miradas de los dos, era posible que acabara siendo algo más con el tiempo.