Miras a tu alrededor y ves lo mismo de todos los días, las mismas caras, en el mismo lugar. En ese momento una angustia invade en tus pensamientos y te pregunta:
-¿Esto es todo?
Para evitar el dolor de te evades en la nostalgia del pasado y la mezclas con la esperanza del futuro creando hermosos sueños de vidas diferentes, aunque todo esto no sirve para nada pues te das cuenta que te conformas con soñar. Luchas contigo misma para cambiarlo pero al final siempre llega al conformismo.
Un buen día esa lucha comienza ha ganar la batalla hasta el punto de ver a tu voz interior dar un puñetazo en la mesa y decirte:
-Se acabó el soñar, el sentir pena o nostalgia, pero sobre todo se acabó el conformismo, a partir de ahora lucharas por hacer tus sueños realidad.
Una alegría te llena el alma y la felicidad te lleva de la mano, sabes que todavía no has hecho mucho y aún no tienes nada pero el algo que nadie te puede quitar.
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