martes, 18 de enero de 2011

Frías mañanas de invierno

    En esta fría mañana de invierno mi mente se desplaza en tiempo y espacio intentando recordar, soy feliz sí pero por alguna razón que no llego a entender el frío me oprime y la sensación de añoranza aumenta, quizás sea el deseo de primavera, o simplemente mi falta de paciencia para pasar una estación odiada por mi.
   En ese desplazamiento mi mente llega a mi amado Egipto y aquel invierno en el que fui a visitarlo, templos magníficos como el de Karnak o Luxor, o impresionantes como Abu-Simbel, hacen que el hecho de verte a temperaturas altas, dignas del mejor de los veranos, en pleno mes de enero pase a un plano secundario.
    Desde aquí y en esta fría mañana de invierno, con mi mente desplazada por desiertos de arenas cálidas y mi corazón añorando construcciones grandiosas, voy pasando el invierno con gran pesadez en mis piernas y segura de que algún día volveré a sentir el calor del desierto en mi piel y podré tocar de nuevo la bien llamada gran pirámide.
Pero si algo se es que seguiré esperando la primavera y el día que llegué mis penas marcharan, mis añoranzas quedarán guardadas en un rincón hasta el invierno siguiente y mis palabras aquí escritas serán de alegría. Pero por el momento seguiré añorando el calor del sol veraniego desplazándome hasta los desiertos Egipcios en busca del calor mi amado sol.
aunque a pesar de estas lineas espero que tengan en cuenta mis delirios de invierno, una estación fría y oscura, quizás debería encontrar la forma de que las estaciones no me afecten así, mientras pido disculpas si he resultado algo melancólica.

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